Darío Oses

Periodista y Magíster en Estudios Latinoamericanos (Universidad de Chile). Director de la Biblioteca de la Fundación Pablo Neruda.



Dos chilenos: Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971 y Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura 1945

David Alfaro Siqueiros, Pablo Neruda y Diego Rivera.

Pablo Neruda y Juan Rulfo.

Escritor y diplomático (Antofagasta, 1961). Profesor de Historia y Geografía graduado en Diplomacia. Magíster en Relaciones Internacionales y Doctor en Estudios Americanos. Investigador especializado en la dimensión biográfica de Pablo Neruda con importantes artículos y libros publicados tanto en medios nacionales como extranjeros. Uno de ellos, Allende – Neruda, una amistad, una historia, con varias ediciones en español y traducido al italiano por Treccani, una de las editoriales más prestigiosas de Italia. También está en preparación una edición en chino. Una publicación británica lo ha considerado como The world´s leading authority on the letters of Pablo Neruda (Cantalao N° 1, London, Septembre, 2013).


Transcripción video Abraham Quezada

Muy buenas tardes, amigos. Desde la capital virreinal, desde Lima, desde Perú, quiero hacer llegar un afectuoso saludo a la Sociedad de Bibliófilos Chilenos y a la Sociedad Bibliográfica Toscana de Italia, quienes han organizado esta magnífica muestra, primera exposición virtual chileno-italiana “Pablo Neruda: 50 años del Premio Nobel de Literatura 1971-2021”. Y en ese sentido, aprovechar de saludar y también agradecer a las instituciones que han contribuido a ello, en donde destaca singularmente el Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, lugar en el cual yo me desempeño, y en Italia, la Biblioteca del Centro Caprense Ignazio Cerio, lugar que pude visitar y conocer hace algunos años.

Sin duda, esta muestra es una muestra relevante, extraordinaria y, yo diría, hasta entrañable, de Neruda, porque habla del Neruda bibliófilo, una de sus grandes pasiones, del Neruda y sus colecciones en Chile y, finalmente, del Neruda en Italia. Estos tres espacios son espacios muy queridos por el poeta y en donde éste se desarrolló a plenitud.

En su faceta de bibliófilo, por ejemplo, solo contarles dos especies de anécdotas que tuve el privilegio de sacar a la luz en algunos de mis trabajos ya editados. Una de ellas es el intenso carteo que el poeta realiza con el académico chileno Claudio Veliz para que le consiga en Londres, un antiguo y muy valioso libro titulado Travels, Viajes, y cuyo autor es Amasa Delano, en donde en agosto del 63 le dice que está dispuesto a pagar “lo que le pidan” y en noviembre de ese mismo año, es decir, unos meses después, él agrega: ardo de deseos de ver y palpar ese librote. Esta fue una adquisición que finalmente concluyó bien y el poeta recibió el libro. Cuando lo recibió realizó una recepción en Isla Negra con todos sus amigos y estaba inmensamente feliz.

Otra anécdota parecida son sus desesperados e insistentes intentos, a través de sus amigos peruanos, por adquirir un ejemplar original del libro de Flora Tristán, Peregrinaciones de una Paria, ese libro de 1838, en su edición original, en francés. Había otras ediciones en Chile, incluso Ercilla, en los años 40, había publicado una edición y había otras dos más publicadas en distintas partes que perfectamente el poeta podría leer. Pero no, él quería la edición francesa original, y ¿por qué la quería tanto? Porque aparte del sabor del libro antiguo, de oler, de tocar, de palpar, como él dice en una de sus cartas, Flora Tristán contaba su paso por Valparaíso y las patrañas y anécdotas que en esa época circulaban en el puerto histórico nuestro. Por lo tanto, el poeta lo quería en su edición original.

Por lo tanto, esta aportación documental que están realizando ustedes, con tanto esmero, con tanto amor, viene, yo creo, a celebrar con justicia el esfuerzo intelectual de Neruda y su amor por los libros, al tiempo de dar cuenta de su intenso mundo poético en donde todavía hay mucho por descubrir.

Para buena suerte de nosotros los investigadores y estudiosos, el universo nerudiano es un universo en expansión y la contribución que está haciendo la Sociedad de Bibliófilos Chilenos de exponerla muy profesionalmente y de compartirla, que es el fin último que debieran tener todas las personas e instituciones que se dedican a ello, es un esfuerzo realmente notable.

Si el poeta estuviese vivo, sin duda, estaría feliz de esta iniciativa, que ojalá tenga una segunda, una tercera, una cuarta y sucesivas versiones de aquí en adelante.

Para terminar, solamente una reflexión acerca de Neruda y el Premio Nobel.
Ustedes bien saben que el Premio Nobel de Neruda fue el segundo Premio Nobel para Chile y el tercero de América Latina, después del de Mistral el año 1945 y el de Miguel Ángel Asturias en el año 67. Pero Neruda fue candidato a dicho reconocimiento desde fines de los años 40.

En 1964, el poeta se conmovió cuando supo de la renuncia del premio que había efectuado Jean Paul Sartre. En la carta que manda a Estocolmo este filósofo francés, entre otros argumentos dice “yo no soy digno de ganar dicho premio mientras no se lo den a poetas como Neruda”.

Finalmente, el poeta lo obtuvo. Y ¿por qué lo obtuvo? Lo obtuvo, sin duda, por su talento y por su trayectoria. Pero también lo obtuvo por su persistencia, porque fue perseverante, porque creía y estaba convencido que él se lo merecía. Así es que este tipo de muestras, yo creo que dan cuenta de ese universo tan rico, repito, en expansión, que Neruda para mucha suerte de todos nosotros aún sigue brindándonos estas alegrías.

Muchas gracias por la labor realizada, les mando un cariñoso saludo desde Lima. Gracias.


Pablo Neruda, socio número 80 de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, en la cual participó desde sus inicios, fue un bibliófilo en todo el sentido de la palabra. En su biblioteca personal, había más de 11.500 libros, además de cartas, manuscritos de gran valor histórico y cultural, que actualmente se conservan tanto en la Fundación Pablo Neruda, como en la Universidad de Chile, su Alma Mater, donde estudió Pedagogía en Francés y a la cual donó parte de sus colecciones en 1954.

Desde muy joven, fue un ávido lector y buscador de obras literarias antiguas, únicas, raras y valiosas, pasión que se vio facilitada debido a sus numerosos viajes y estadías en diferentes países.

De literatura chilena, poseía un ejemplar de La Araucana, de 1632 (la primera edición, es de 1569). Como sabemos, Neruda además sentía especial predilección por Francia e Italia. Con respecto a obras italianas, tenía una copia de Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto, de 1561 (la 1° edición es de 1532) y un ejemplar de La Divina Comedia de Dante Alighieri, del año 1529. Así también, una edición de Triunfos de Petrarca, edición de 1484 (1° ed. original: entre 1351 y 1374. Editio prínceps: Venecia, Vindelino da Spira, 1470). De obras francesas, poseía la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, de 1751. También era propietario de las pruebas de imprenta de Los trabajadores del mar (1866), de Víctor Hugo, con correcciones en los bordes, escritas de puño y letra por su autor.

En referencia a España, país que también era uno de sus predilectos, poseía una edición del Quijote de la Mancha, de 1617. Además, de literatura norteamericana, era dueño de las Obras Completas de Edgar Allan Poe, publicadas en New York, en 1895.

Poco a poco, Neruda formó su amada biblioteca con especial cuidado y dedicación. Era exquisito en los detalles de edición, papel, costuras. Le gustaban los tirajes cortos, como Los Versos del Capitán, con solo 44 ejemplares, porque concebía sus libros en términos de colección. Así también, varios de sus libros unen literatura y pintura, al presentar poemas con obras de Mario Toral de Chile, Guayasamín de Ecuador y Picasso de España. En definitiva, como todo bibliófilo refinado, atesoraba los libros tanto por el valor de las ideas transmitidas, como por la forma. En este sentido, consideraba al libro como un objeto de arte en sí mismo.

Pablo Neruda (1904-1973), Socio N°80 de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, poseía un gusto exquisito por sus libros y poseía ediciones de gran valor bibliófilo.
Cada vez que viajaba a Francia, solía visitar los bouquinistes, junto al río Sena, en París.
Pablo Picasso y Pablo Neruda.
Petrarca, Francesco (1304-1374), Ad illustrissimum Mutine ducem diuum Borsium Estensem Bernardi glicini medicine ac philosophie discipuli in triumphorum LL P Fran. Petrarce expositio incipit, Piero Veronese, Venezia, 1484, 503 páginas.
Petrarca, Francesco (1304-1374), Ad illustrissimum Mutine ducem diuum Borsium Estensem Bernardi glicini medicine ac philosophie discipuli in triumphorum LL P Fran. Petrarce expositio incipit, Piero Veronese, Venezia, 1484, 503 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.

Libro incunable. “La palabra incunable (del latín incunabulae, en la cuna) se utiliza para designar a todos los libros impresos en Europa occidental desde que el orfebre alemán Johannes Gensfleisch -más conocido como Johannes Zum Gutemberg (1400-1468)- inventa la imprenta con tipos móviles en Maguncia el año 1440, inspirado en las prensas utilizadas para exprimir uvas en el proceso de elaboración del vino. La denominación “incunable” rige conceptualmente hasta 1501, fecha en que esta tecnología se masificó. Para entonces, en cientos de ciudades europeas había prensas dedicadas a reproducir textos.”

Marco Anneo Lucano, Pharsalia, Aldo Manuzio, Venecia, 1502, 280 páginas.
Marco Anneo Lucano, Pharsalia, Aldo Manuzio, Venecia, 1502, 280 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.

“Pharsalia (también conocida como Bellum civile), es un poema inacabado en diez cantos, el cual narra la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, corresponde a un texto escrito en latín por el célebre poeta romano Marco Anneo Lucano (39- 65 d.c). Pertenece a la colección de 5.107 volúmenes donados por el poeta Pablo Neruda el año 1954 a la Universidad de Chile.

Se trata de una epopeya concebida en orden cronológico y considerada un clásico dentro del canon de la literatura antigua.
El libro fue compuesto en el siglo XVI por la imprenta del  humanista e impresor italiano Aldus Manutius (1450-1515), quien fuera reconocido como el más grande tipógrafo de su tiempo, por haber dado forma a criterios importantes de edición, tales como la puntuación, la invención del punto y coma, de los caracteres cursivos, la numeración de las páginas y el formato en octavo.”

Dante Alighieri, La divina commedia, Firenze: G.C. Sansoni, 1915.
Dante Alighieri, La divina commedia, Firenze: G.C. Sansoni, 1915.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.

“Edición en pequeño formato de la obra del poeta Dante Alighieri (c. 1265-1321), publicada en italiano, en la ciudad de Florencia el año 1915. Fue compuesta por G. C Sansoni Editore. Incluye antecedentes biográficos del autor y anotaciones página a página. Pertenece a la Colección donada en 1954 por Pablo Neruda a la Universidad de Chile, conjunto que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 2009.”

Víctor Hugo, Les travailleurs de la mer [maquette], Librairie Internationale A. Lacroix, Verboeckhoven et C. Editeurs, Paris, 1866, 2 vólumenes.
Víctor Hugo, Les travailleurs de la mer [maquette], Librairie Internationale A. Lacroix, Verboeckhoven et C. Editeurs, Paris, 1866, 2 vólumenes.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.

“Pruebas de imprenta de la primera edición del libro Les travailleurs de la mer, texto escrito por Víctor Hugo (1802- 1885), poeta, novelista y dramaturgo francés considerado como uno de los mayores exponentes literarios del siglo XIX. “

Nouveau langage des fleurs avec leur valeur symbolique et leur emploi pour l’expression des pensées, Librairie de L. Hachette et Cie, Paris, 1866, 174 páginas más 11 láminas.
Nouveau langage des fleurs avec leur valeur symbolique et leur emploi pour l’expression des pensées, Librairie de L. Hachette et Cie, Paris, 1866, 174 páginas más 11 láminas. 
Colección Neruda. Archivo Andrés Bello, Universidad de Chile.

Nouveau langage des fleurs es un libro único en Chile. “El texto, sin autor preciso, tiene tres objetivos: identificar conceptualmente el lenguaje existente de manera implícita en cada una de las flores ordenadas por tipos y nomenclaturas precisas; interpretar el valor simbólico de las mismas; y ejemplificar el uso literario, novelesco y poético que las flores han tenido, considerando el trabajo de múltiples escritores europeos, entre los que se encuentra el eminente Honoré de Balzac. Al final del libro encontramos  poesías y narraciones al respecto.”

Octavio Paz, Entre la piedra y la flor, Editorial Nueva Voz, México, 1941, 15 páginas.
Colección Neruda.
Octavio Paz, Entre la piedra y la flor, Editorial Nueva Voz, México, 1941, 15 páginas.
Colección Neruda. Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile.

“Libro editado por el sello mexicano Nueva Voz en 1941, dedicado por su autor a Pablo Neruda y a su entonces esposa Delia del Carril el mismo año de la publicación. Octavio Paz (1914-1998), poeta, ensayista, traductor y destacado intelectual mexicano trabó amistad con Pablo Neruda en el contexto del II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, España, 1937.” Más tarde, en 1990, Octavio Paz obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Investigación: Norma Alcamán

Pablo Neruda, socio número 80 de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, en la cual participó desde sus inicios, fue un bibliófilo en todo el sentido de la palabra. En su biblioteca personal, había más de 11.500 libros, además de cartas, manuscritos de gran valor histórico y cultural, que actualmente se conservan tanto en la Fundación Pablo Neruda, como en la Universidad de Chile, su Alma Mater, donde estudió Pedagogía en Francés y a la cual donó parte de sus colecciones en 1954.

Desde muy joven, fue un ávido lector y buscador de obras literarias antiguas, únicas, raras y valiosas, pasión que se vio facilitada debido a sus numerosos viajes y estadías en diferentes países.

De literatura chilena, poseía un ejemplar de La Araucana, de 1632 (la primera edición, es de 1569). Como sabemos, Neruda además sentía especial predilección por Francia e Italia. Con respecto a obras italianas, tenía una copia de Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto, de 1561 (la 1° edición es de 1532) y un ejemplar de La Divina Comedia de Dante Alighieri, del año 1529. Así también, una edición de Triunfos de Petrarca, edición de 1484 (1° ed. original: entre 1351 y 1374. Editio prínceps: Venecia, Vindelino da Spira, 1470). De obras francesas, poseía la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, de 1751. También era propietario de las pruebas de imprenta de Los trabajadores del mar (1866), de Víctor Hugo, con correcciones en los bordes, escritas de puño y letra por su autor.

En referencia a España, país que también era uno de sus predilectos, poseía una edición del Quijote de la Mancha, de 1617. Además, de literatura norteamericana, era dueño de las Obras Completas de Edgar Allan Poe, publicadas en New York, en 1895.

Poco a poco, Neruda formó su amada biblioteca con especial cuidado y dedicación. Era exquisito en los detalles de edición, papel, costuras. Le gustaban los tirajes cortos, como Los Versos del Capitán, con solo 44 ejemplares, porque concebía sus libros en términos de colección. Así también, varios de sus libros unen literatura y pintura, al presentar poemas con obras de Mario Toral de Chile, Guayasamín de Ecuador y Picasso de España. En definitiva, como todo bibliófilo refinado, atesoraba los libros tanto por el valor de las ideas transmitidas, como por la forma. En este sentido, consideraba al libro como un objeto de arte en sí mismo.

Pablo Neruda (1904-1973), Socio N°80 de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, poseía un gusto exquisito por sus libros y poseía ediciones de gran valor bibliófilo.
Cada vez que viajaba a Francia, solía visitar los bouquinistes, junto al río Sena, en París.
Pablo Picasso y Pablo Neruda.